Las claves de Miranda y Tato, contadas por sus creadores

¡La colección Miranda y Tato ya está disponible en la Biblioteca Ta-tum! Y, para celebrarlo, hablamos con sus tres (¡sí, tres!) autores: los hermanos Itziar y Jorge Miranda y Nacho Rubio. Con mucho humor, y en formatos diferentes, desgranan en esta entrevista a tres voces los secretos de la colección. Seis libros que narran las aventuras de dos hermanos, Miranda y Tato, que quieren combatir las injusticias que les rodean mientras, casi sin darse cuenta, descubren los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.   

 

La colección Miranda y Tato está compuesta por seis títulos que narran las aventuras de ficción de estos dos hermanos, mientras los lectores de más de 10 años aprenden qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Cómo surge esta interesante idea? 

Esta respuesta la va a contestar Itziar en formato vídeo ¡para romper el hielo!

 

¿Creéis que las novelas son un buen medio para hablar de temas tan importantes a los menores?

Jorge Miranda: Por supuesto. Y no solo las novelas: cualquier medio es válido para hablar de cosas importantes. Desde el colegio a los canales de Twitch que puedan seguir los preadolescentes. Los niños de ahora están mucho más concienciados que cualquier otra generación en muchas cuestiones que están de actualidad y sobre las que hablamos en nuestra colección, como el cambio climático, la igualdad de género o la diversidad sexual. Y eso se debe a que el debate sobre estos temas ya forma parte del día a día, son transversales a todo tipo de comunicación.

 

¿Cuáles son los ingredientes clave para crear una ficción que llegue a concienciar a un niño sin llegar a aburrirle?

Nacho Rubio: Los hermanos Miranda ya tenían mucha experiencia dando mucha información mientras resultaban entretenidos con las biografías de la colección Miranda. Un lenguaje rico y a la vez cercano a los niños, unos referentes que les resuenen y mucho sentido del humor eran algunas de sus mejores herramientas. Al incorporarme a trabajar con Itziar y Jorge, mi empeño desde el principio fue contar las historias ciñéndonos lo más posible a una estructura clásica (planteamiento, nudo y desenlace) y sobre todo con mucho conflicto, ¡la gasolina de las buenas historias! Nuestra editora nos dice que somos muy melodramáticos y no le falta razón. Además, contábamos con la ayuda de las pastillas explicativas, que nos permiten ampliar o profundizar en la información sin tener que detener el desarrollo de la trama.

 

Cada título de la colección aborda varios ODS. ¿Cómo ha sido el proceso de construcción de las historias? ¿Elegís un ODS y, a partir de ahí, construís la trama, o a la inversa: planteáis el argumento y vais entrelazando los ODS? 

Itziar Miranda: Todos los ODS están relacionados entre ellos, así que hemos dividido los 17 entre los seis libros. El primero habla de la pobreza; el segundo sobre educación e igualdad; el tercero de la España vaciada y de las ciudades sostenibles; el cuarto sobre salud, agua limpia y saneamientos; el quinto sobre sostenibilidad y acción por el clima; y el sexto sobre paz y alianzas. Cada libro tiene sus propias tramas y aventuras, aunque a los niños se les va quedando el poso de lo anterior. 

 

¿Con qué dificultades os habéis encontrado para crear una ficción socialmente comprometida?

Jorge: Hemos sido totalmente libres de hablar y opinar sobre todos los temas; en ese punto no nos hemos autocensurado para nada. Lo más complicado quizás ha sido hablar con conocimiento de causa, profundizando mucho sobre cada uno de los ODS. Por suerte, hemos contado con el asesoramiento de María José Manjón y Daniel Pons, que son unos grandes expertos en el tema.

 

Llama la atención el lenguaje. ¡Parece de auténticos niños de 9 y 11 años! ¿Cómo ha sido el proceso de poneros en su piel? ¿Teníais referentes cercanos?

Nacho: ¡Menudo trabajo de investigación hemos hecho! Porque, claro, nosotros somos ya bastante viejales y nuestras expresiones son bastante ochentero-noventeras, que si «al loro», «efectiviwonder» y «lo llevas clarinete». Y aunque Miranda es muy de refranero clásico, así no íbamos a llegar a los chavales. Así que, sobre todo Jorge, se vio obligado a consumir horas y horas de Twitch, Youtube, y creo que hasta TikTok, para conocer a fondo el lenguaje de los jóvenes. Por otro lado, aparte de poner oreja en el patio del cole de nuestras hijas a la hora de la recogida, hemos preguntado y testado con sobrinos e hijos de amigos para estar al día, bro, y creo que podemos afirmar que hemos evitado el epic fail.

 

¿Cuánto de autobiográfico hay en la colección?

Itziar: ¡Hay mucho! Algunos personajes están inspirados en amigos y conocidos que estaban pasando por esas situaciones. 

 

Sois coautores de la colección Miranda, dedicada a biografías de mujeres extraordinarias y cuyos títulos también están disponibles en la Biblioteca Ta-tum. ¿Hay relación entre ambas colecciones? Entendemos que la protagonista crece y su tato gana protagonismo en las historias…

Jorge: Eso es. Miranda ha crecido, no solo en edad y en altura, sino también en concienciación con el mundo que la rodea, en las desigualdades que conviven a su alrededor. Digamos que, en la colección anterior, tenía curiosidad por el pasado; y ahora, esa curiosidad se ha enfocado en el presente y, sobre todo, en el futuro. Tato ya existía en la colección anterior, pero casi como un personaje de reparto. En estos libros, comparte protagonismo con Miranda. Tato es el contrapunto perfecto de su hermana mayor: mientras Miranda tiene un espíritu más crítico y una mayor capacidad de análisis, Tato es más impulsivo y no se toma tan en serio a sí mismo. 

 

¡Se nota que Miranda y Tato es una colección creada con mucho cariño! Los tres sois coautores y también familia. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar a seis manos? ¿Siempre estabais de acuerdo en el desarrollo del argumento? ¡Seguro que no! 

 

Y ahora una pregunta personal… Como le ocurre a los protagonistas de la colección, ¿de pequeños también estabais empeñados en cambiar las cosas?

Itziar: Un poco sí, pero no éramos tan conscientes de las desigualdades y de todo lo que podíamos hacer. Creíamos que al ser un problema tan global necesitaba soluciones globales. Pero ahora sabemos que son nuestras decisiones individuales las que hacen que haya un cambio. 

 

¿Erais unos apasionados de los libros? ¿De algún título o tipo en concreto?

Jorge: Nuestros padres siempre nos han inculcado el amor por la lectura. Si pienso en nuestro hogar de la infancia, lo primero que me viene a la mente son estanterías llenas de libros. Aunque tengo que decir que nunca nos presionaron para leer, y eso me parece importante, porque si obligas a leer a un niño, es posible que lo acabe odiando. Los libros estaban ahí, eran un tipo de ocio más. A mí de pequeño me encantaban Astérix y Tintín. ¡Me sabía los cómics casi de memoria! Ahora se los estoy leyendo a mi hijo y, aunque en algunas cuestiones han envejecido mal, estoy descubriendo que tienen más capas de profundidad de las que imaginaba. ¡También me gustaban mucho las enciclopedias! Elegía un tomo al azar, lo abría por cualquier página y descubría curiosidades de algún país o personaje histórico. ¡Después se lo contaba a mi familia como si hubiera hecho un gran descubrimiento!

Os lo preguntábamos porque el formato de los libros de la colección ¡ya es una historia en sí misma! Combinan diferentes estilos narrativos: el cómic, los diálogos de teatro, el diario, el chat, la entrevista y el prólogo a modo de reflexión… Además, se alternan los narradores, de manera que cada uno de los hermanos cuenta un capítulo. ¿Por qué os decidisteis por este formato? 

Nacho: La verdad es que fue una mezcla de prueba-error y de poner todo lo que nos gustaba, y apostar por que funcionaría. Seguramente todo fue motivado por el hecho de que queríamos darle también voz propia a Tato; eso era algo en lo que los tres autores y nuestros editores estábamos de acuerdo. ¡Así que empezamos a experimentar! Alternar las voces en los capítulos se presentó como la opción más clara, pero, quizá porque Itziar y yo somos actores, se nos coló enseguida un diálogo teatral en la presentación, que nos venía muy bien para diferenciar las dos voces desde el principio. Por otro lado, el cómic es también lo más cercano al lenguaje audiovisual, nos apetecía incluirlo y nos pareció que también venía bien para refrescar un poco y destacar capítulos con importantes puntos de inflexión. Como regalo añadido, nos sirvió para exprimir todo el talentazo de Ángeles Ruiz, nuestra ilustradora, que se encontró con ese marroncillo, ¡pero se lució un montón!

 

También hemos entrevistado a Ángeles. ¿Cómo ha sido el trabajo con ella y qué creéis que aportan las ilustraciones a los libros?

Itziar: Ángeles es una genia del color y de la acción. Sus ilustraciones acompañan y completan la historia. ¡Es una pareja de baile perfecta!

 

¿Por qué recomendaríais a los docentes la colección de Miranda y Tato para que sus alumnos la lean en casa o en clase? 

 

Sabemos que esta pregunta es muy difícil pero, si tuviérais que recomendar a los profesores empezar por uno de los seis títulos, ¿por cuál sería? 

Nacho: Los libros se pueden leer en cualquier orden, pero sí creemos que lo ideal es empezar leyendo el primero, Chaval, ¿qué haces con mi camiseta?, que hace una descripción más extensa de los personajes principales. Del mismo modo, lo mejor es terminar con el sexto, The ultimate segundo, que hace un pequeño cambio en la estructura del arranque que pretende sorprender a los lectores ya familiarizados con la colección.

 

¿Qué os gustaría que los jóvenes lectores se lleven al leer vuestra colección?

Itziar: Nos gustaría que los cuentos les sacudieran y que, a partir de ahí, se comprometan. Igual no podemos cambiar el mundo, pero sí el pedacito en el que nos ha tocado vivir. Ojalá consigamos sensibilizar a los jóvenes –y no tan jóvenes– lectores, para que sean conscientes de que todos tenemos que ser actores del cambio si queremos tener un mundo más sostenible y más justo.

 

Y, para finalizar, saquemos la bola de cristal. ¿Creéis que esta colección puede ayudar a que lleguemos con los deberes cumplidos a 2030?

Jorge: ¡Ojalá sea así! Se tiende a pensar que estos temas solo son cosa de los gobiernos y de las empresas más ricas y poderosas –que en parte es cierto, porque son los mayores responsables de las desigualdades existentes en el mundo–. Pero no podemos menospreciar el poder que tenemos como ciudadanos. ¡Nosotros somos los que movemos el mundo! Estoy convencido de que, si la generación de niños de ahora tiene claro cómo enfrentarse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¡van a poder mover montañas!  

 

¡Esperamos que así sea! ¡Muchas gracias por vuestro tiempo y vuestros comentarios!