Albertoyos, el artista que dio vida a la Escuela de detectives Avante

Albertoyos es ilustrador, profesor, guionista y locutor; pero también —y sobre todo— un artista muy divertido que ha dado vida a la Escuela de detectives Avante. Los personajes y escenas de estos libros y los vales de privilegio de Ta-tum son producto de sus trazos y de su imaginación. En esta entrevista nos abre las puertas de su estudio y de sus pensamientos para conocer mejor su proceso de trabajo. También nos cuenta cómo se enfrentó al desafío de poner en imágenes esta selecta escuela.   

 

Eres pionero en ilustración digital. ¿Cómo fueron tus comienzos? 

Pasé muchos años dibujando con herramientas tradicionales rodeado de lápices, pinceles, plumillas, botes de tinta, tubos de pintura, botecitos de acuarelas, papeles, tableros y cachivaches de todo tipo que invadían toda la casa y con los que me rebozaba cual croqueta en su baño de huevo y pan rallado. Con lo desastroso que soy acababa pringado de las orejas a los dedos gordos de los pies. ¡Un auténtico desastre!

Cuando compré mi primer ordenador, tan recogido, tan pequeño, tan limpito él, y con aquel Photoshop, prehistórico pero con infinitos colores y cachivaches de pintura dentro que se limpiaban, se recogían y se guardaban solo con apretar el botón de apagado, vi la luz.

Y la factura de la luz.

 

¿Cómo es tu proceso de trabajo?

Lo primero, leo la novela y anoto las escenas que me parecen más apoteosicoalucinantes para ilustrar. 

Por ejemplo: un caracol durmiendo en un adoquín es mucho menos apoteosicoalucinante para ilustrar que un tren submarino monovía funicular que navega por los fondos del mar rodeado de tiburones gigantes a dieta de brócoli.

Luego, cierro el libro, salgo del estudio y dejo que mi cerebro imagine todas esas cosas apoteosicoalucinantes que acabo de leer, mientras miro a un caracol durmiendo en un adoquín.

Cuando mi cerebro termina de imaginar cosas increíbles, agarro el ordenador y las dibujo a toda velocidad, no vaya a ser que se me cuelgue el cerebro y se me pierdan las ideas que están sin guardar.

 

¿Qué es lo más importante a la hora de ilustrar un libro?

Creo que lo más importante de una buena novela ilustrada o un buen álbum ilustrado, es que las dos partes de las que se compone la obra, el texto y las ilustraciones, se complementen y se alimenten la una a la otra.

Como los cubitos de caldo de la sopa, las ilustraciones enriquecen el texto y el texto enriquece las ilustraciones.

Ambas partes son independientes, pero complementarias.

 

¿Cómo te has planteado las ilustraciones de la Escuela Avante?

Lo más importante de la ilustración de las novelas de la Escuela de detectives Avante, sin duda, es la ambientación. Porque los personajes viven en una época indeterminada, fantástica y maravillosa, que es el steampunk, y esto afecta a toda la estética: vestimentas, arquitectura, decoración e innumerables e increíbles cacharros mecánicos repletos de tuercas, tornillos y remaches, manguitos, tuberías, engranajes chirriantes, relojes de agujas, poleas oxidadas y válvulas vaporosas.

Así que me encasqueté un sombrero de copa, me puse unas gafas de bucear, chaleco y un reloj de bolsillo y me transporté, a través del portal del navegador de mi ordenador, a la época Victoriana, al siglo XIX.

 

¿Qué es lo que más has disfrutado de ese proceso?

Precisamente, dar vida a los personajes en ese ambiente fantástico para hacerles vivir las apasionantes historias de misterio (magistralmente) ideadas por David, ha sido «lo más mejor» de todo».

Además, al dibujar los personajes he intentado que actúen con la personalidad que David les ha dado a cada uno. ¡Y que se diviertan! Que, parece que no, pero actuar es duro.

 

¿Hay alguna escena o personaje de la Escuela Avante de cuya ilustración te sientas especialmente orgulloso?

Hay varias, y son las que suelo colgar en las redes sociales.

Me gustan mucho las gaviotas mecánicas sobrevolando el portón gigante del museo de la isla de Nolan, diseñado por el mismísimo Gustave Eiffel o la escena del subacuáquero navegando entre tiburones o el órgano misterioso fabricado por Siphres and Holes de la mansión Farrel o…

También he disfrutado creando a los personajes secundarios, todos ellos adultos.

 

La Escuela Avante representa todo un universo… ¿cómo se crea un mundo desde la ilustración? ¿Por dónde se empieza?

Como ya he adelantado antes, leyendo muy bien las novelas y dejando que la mente se separe del texto e imagine los lugares y las escenas, y luego, documentándome bien con referencias de fotos, películas e imágenes antiguas, para enriquecerlo todo con detalles realistas.
Una de las cosas más bonitas de estos tres libros ha sido diseñar los diferentes cacharros ideados por David que son propios de ese universo.

El subacuáquero lo creé combinando una ballena con un submarino de principios de siglo XX y con las ruedas de un vagón de una montaña rusa, y el llevavoz, descuartizando radios antiguas, calderas a vapor y teléfonos viejos, de los de meter el dedo y darle la vuelta al disco.

 

¿Cómo te relacionas, como artista, con los textos que tienes que ilustrar?

Pues divinamente.

Además de dibujar también escribo. Por eso, tal vez, soy capaz de separar, en una novela ilustrada o en un álbum, lo que ha de verse de lo que ha de leerse; y por eso, tal vez, en mi cabeza no hay diferencia de peso entre texto e ilustraciones, porque ambas y cada una con su cometido, tienen el mismo valor dentro de la obra.

Además, siempre intento contactar con el escritor o escritora, porque conociéndolos, sabes más: les puedes preguntar, e incluso colaborar, que es lo ideal.

La verdad es que he tenido mucha suerte con los escritores de los libros que he ilustrado.

 

Ahora, la verdad: ¿cuánto de fácil y difícil es trabajar con David, escritor de la colección Avante?

Con David me iría en un dirigible a vapor a la isla de Nolan a pasar, por lo menos, un mes quinquenal o un quinquenio mensual.

 

PREGUNTAS Y RESPUESTAS A LA VELOCIDAD DE UN TRAZO

¿Qué opina tu familia y allegados de que seas ilustrador?
Los que me quieren se alegran, porque, mientras ilustro, callo.
Bueno, ni siquiera siempre.

¿Qué sientes al ilustrar?
Mantener bien entretenidas a las neuronas que nos sobran a los humanos en la cabeza, solo puede hacernos felices.

Lo que más te gusta es…
Responder entrevistas y salir en Wikipedia. En orden inverso y al revés.

Si no fueras ilustrador, ¿qué te hubiera gustado ser?
Escritor actor titiritero vedette del mainstream.

Una lectura imprescindible…
Adoro «Lucky Luke», el cómic de Goscinny y Morris. Esa es UNA, sola.

 

¡Muchas gracias, Albertoyos!